El llanto del diablo

Una familia huye de su pasado intentando comenzar una nueva vida, sin embargo todo acabara mal después de que se cruce en su camino un carismático pero perturbado hombre salido de la nada. Los hecho tendrán lugar en una ciudad de la que se cuenta se supone que es unas de las siete puertas al infierno que existen en la Tierra. Nothing Left to Fear El llanto Critica: La peli va de una familia que se muda a un pueblito de Cansas-siti donde el padre ejercerá como nuevo pastor de la iglesia local. Todo parece ir de perlas pero en realidad el pueblo oculta un terrible secreto; sus habitantes necesitan hacer sacrificios para apacigüar la ira de un espíritu viejuno. Un día una de las hijas es entregada en sacrificio al espíritu, transformándose en un engendro con los ojos más negruzcos que el culo de un grillo. El resto de la peli es, corre que te pillo, mira como se me hunden los ojos, tela como se me deforma la boca, me da igual que corráis os atraparé igualmente y toda esa gaita, pero sin gracia, sin pretensiones ni aspiraciones a engancharte lo más mínimo. Tonta, tontísima, menudo trufo. Por cierto, después de tragármela entera sigo sin comprender porqué carajo mataban a las ovejas. El llanto Por una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por 'La guerra de las galaxias'); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y - sea cual fuera el camino elegido - llena de aciertos... pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. El llanto Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese 'nacimiento' brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia. El llanto

orto de Stephen King, el rey de las novelas de terror y suspense, que sigue dejando su huella y estilo en todo lo que hace. Hace años que la industria cinematográfica se ha dado cuenta de lo productivo que resulta hacer películas basadas en relatos de Stephen King y sigue intentando sacar el máximo partido de la obra del escritor, ofreciendo diversas películas de cuestionable calidad pero que tienen el sello inconfundible del escritor, ofreciendo relatos interesantes que captan la atención del espectador con facilidad, prueba de ello es Piedad, un producto de claro corte televisivo, de baja calidad técnica e interpretativa que logra captar la atención del espectador ofreciendo momentos de tensión y terror bien construidos. La premisa del argumento peca de sencilla y previsible, pero los responsables de la película saben sacarle el máximo partido al relato, logrando crear una historia de terror clásica y previsible, pero que a la postre funciona. Cuenta con un esquema tradicional y poco o nada en ella sorprende, pero lo cierto es que Piedad está por encima de muchos productos recientes de terror, puesto que en muchos momentos logra inquietar e incomodar al espectador, logrando que pase miedo en determinados momentos, algo que no ocurre con muchos productos recientes que más bien producen risa.La maldición de la abuela Es evidente que no se trata de una gran producción, la calidad interpretativa y técnica del conjunto de la película resulta pobre y mediocre, pero tiene la esencia del mal en lo que cuenta y, en ocasiones, a partir de pequeños elementos, se consiguen grandes resultados en lo que a terror se refiere. La trama se sigue con facilidad y va adentrando al espectador en un mundo de pactos con el lado oscuro, peligrosos e inquietantes, recordando que siempre hay que leer la letra pequeña en determinados contratos con el mal. Desde la sencillez y a partir e unos elementos simples y previsibles, los responsables de la película logran captar la esencia del mal y crear un ambiente inquietante y maligno que mantiene al espectador en tensión ante el desarrollo de los acontecimientos. Las interpretaciones del reparto son bastante flojas y, en algunos momentos, la trama se resiente en cuanto a continuidad y coherencia, pero lo cierto es que logra cumplir su objetivo: hacer pasar un mal rato al espectador. No es una maravilla, ni pretende serlo, pero cumple con creces su objetivo: generar momentos de terror muy logrados, teniendo en cuenta el presupuesto con el que cuenta. En resumidas cuentas, es una película de terror que hará las delicias de los seguidores de Stephen King.Mercy La maldición de la abuela


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